La respuesta a los problemas del agua en México es uno de los grandes pendientes de la administración que termina.
El Plan Nacional Hídrico 2020-2024 se planteó garantizar progresivamente los derechos humanos al agua y al saneamiento, reducir la vulnerabilidad ante inundaciones y sequías; preservar la integridad del ciclo del agua y mejorar las condiciones para su gobernanza, propósitos que fueron obstaculizados por grupos favorables a los intereses corporativos enquistados en la Conagua. Ellos y sus aliados en el Congreso se opusieron al cumplimiento del mandato constitucional de reemplazar la Ley de Aguas Nacionales por una Ley General de Agua, entre otros cambios fundamentales.
En este capítulo se destacan tres aspectos claves que deben resolverse de manera urgente en la próxima administración federal si se desea garantizar que toda la población mexicana tenga agua potable de manera libre, justa y equitativa, especialmente entre los más necesitados.