La gestión integral de residuos en México es un asunto pendiente. No sabemos cuántos residuos generamos y no hay una política pública para reducir su producción.
Aunque la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos establece como prioridad la reducción de los residuos, fomenta su aprovechamiento y valorización, en sus veinte años de vigencia no ha logrado cambiar su manejo, que solo se limita a la recolección y disposición final.
Aunque la prevención de la generación debería ser la base de la gestión de residuos, en la realidad esto no es así. La mayor parte de los residuos, en particular de los sólidos urbanos, terminan en miles de “sitios de disposición final”, que en realidad no son otra cosa que tiraderos a cielo abierto sin ningún control.
La articulación de actores, acciones e instrumentos para el manejo de residuos se caracteriza por la fragmentación, la desigualdad y por enormes dificultades de todo tipo. Enfrentar y mejorar la gestión de los residuos es posible y en este capítulo se plantea una hoja de ruta para hacerlo.